Panorama económico
Nos encontramos viviendo una de las peores crisis económicas y sanitarias de la historia. China, primer país afectado por el brote y uno de los principales importadores de petróleo en el mundo, ante la disminución de la demanda del mismo, disminuyó su actividad productiva, lo cual ocasionó un efecto dominó en la mayoría de las economías del mundo; provocando efectos negativos y significativos en la oferta y demanda de bienes y servicios a nivel global derivado de las suspensiones de las actividades productivas, mismo que ha afectado también al comportamiento de las cadenas de suministros de diversas industrias y por ende al comercio internacional.
Si bien, previo al COVID-19, la economía mundial ya tenía un bajo desempeño. Para el caso de México, el Producto Interno Bruto (PIB) registró una caída del 0.1% respecto a lo reportado en 2018 debido a las contracciones en las actividades económicas de la construcción, manufactura; principalmente en el sector automotriz, ya que en 2019 se registraron suspensiones en las actividades de las armadoras; entre otros factores.
De acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), el crecimiento anual del PIB mundial disminuirá en 2.4% en 2020, acompañado de una reducción en el empleo mundial, equivalente a 195 millones de trabajadores de tiempo completo, de acuerdo con cifras de la Organización Internacional del Trabajo.
En México, se estima que disminuya el PIB en 0.7% para 2020 y 1.4% para 2021, de acuerdo con las proyecciones económicas de OCDE.
Dicho lo anterior, es evidente que la pandemia ha provocado pérdidas económicas y quiebre de empresas, desempleo, reducción de inversiones que han afectado a la mayoría de los sectores económicos, mismo que ha provocado que afecten a la mayoría de los indicadores económicos, como es la depreciación del peso mexicano ante el dólar del 27% en promedio para abril 2020 respecto al mismo mes del año anterior.
¿Cuál es el impacto de esta crisis en los análisis de precios de transferencia?
Si bien, la mayoría de las empresas realizan transacciones con partes relacionadas, mismas que en su mayoría se encuentran pactadas con base a las ventas, costos, gastos o mantienen préstamos entre sí, sería evidente que dichas empresas empezaran a realizar cambios en sus políticas en materia de precios de transferencia o que realizaran reestructuras en sus operaciones intercompañía (además de los recortes presupuestales y/o aumentos de costos y gastos extraordinarios), con el fin de contrarrestar las pérdidas económicas.
De acuerdo con lo anterior, el párrafo 1.132 de la Guías de la OCDE 2017, menciona que existen algunas situaciones en las que los contribuyentes considerarán que el precio de plena competencia debe ajustarse a fin de reflejar las condiciones impuestas por el sector público, como pueden ser en los tipos de interés, subsidios a determinados sectores, políticas de tipo de cambio, entre otros; en estos casos, deberán de tratarse como factores de mercado y se podrán tomar en cuenta en la determinación de los precios de transferencia del contribuyente en dicho mercado.
Sin embargo, aun considerando lo anterior, es de suma importancia que previo al cambio de políticas y las reestructuras en sus operaciones intercompañía, ya sea en caso de periodos de gracia en los préstamos, prorroga en los pagos de arrendamiento, ajustes en los precios de venta de productos y servicios, entre otros) se realice el análisis del sector, los factores y entorno económico al que pertenece el contribuyente, con el objetivo de observar si existen entidades independientes que estén llevando a cabo dichas reestructuras en los precios.
Lo anterior, toma gran relevancia, ya que ante cualquier cambio que las empresas realicen a sus contraprestaciones entre partes relacionadas, se necesitan documentar y soportar con los análisis correspondientes para los estudios de precios de transferencia por el ejercicio fiscal 2020, ya que, en caso de alguna auditoria, la autoridad fiscal pudiera llegar a requerir la documentación soporte que justifiquen los resultados financieros.
Algunas de nuestras recomendaciones son las siguientes:
1. Análisis preliminares en materia de precios de transferencia previo a la reestructura: Se deberá de evaluar previo a cualquier toma de decisión, si efectivamente se encuentran observaciones en el mercado que pudieran justifiquen dicha reestructura. Esto es de suma importancia debido a que pudiera ser cuestionada dicha toma de decisiones en caso de alguna auditoria por parte de la autoridad fiscal en el futuro.
2. Contratos y/o convenios modificatorios: Se vuelve fundamental que, ante cualquier reestructura, se lleven a cabo contratos (en caso de no tener dicha documentación) y/o convenios modificatorios, acompañados de una justificación de los motivos por las cuales se están llevando a cabo dichas estructuras.
3. Documentar el comportamiento histórico de los indicadores financieros de la empresa: Además de los contratos, se vuelve fundamental mantener resguardada el comportamiento de los ingresos, costos y gastos de las empresas históricos antes, durante y después COVID-19, así como, sus indicadores financieros mensuales para observar las tendencias en los cambios financieros de las empresas y poder justificar las pérdidas de operación en los análisis de precios de transferencia.
4. Análisis preliminares en materia de precios de transferencia previo al cierre del ejercicio fiscal 2020 para revisar si serán necesarios o no ajustes en la materia.
Conclusiones y reflexiones
Será inevitable que la mayoría de las empresas alrededor del mundo incurrirán en pérdidas de operación. El tiempo de la crisis económica dependerá de las acciones y mecanismos que los gobiernos y los organismos internacionales diseñen para incentivar la economía a corto, mediano y largo plazo, así como también, de las estrategias de negocio que las empresas diseñen para tratar de aumentar su rentabilidad.
Sin duda, una meta de nuestro gobierno es el aumento de la recaudación para poder solventar los apoyos económicos y sociales que se están llevando a cabo; por lo que las obligaciones fiscales seguirán existiendo y serán cada vez más estrictas; por lo tanto, se vuelve fundamental que las empresas se acerquen con sus asesores para que dichas tomas de decisiones cumplan con todos los requisitos y obligaciones que nos exigen las leyes.