La crisis que está provocando la pandemia verdaderamente es seria. Lo es para las personas, las familias y las empresas. Es un acontecimiento que mueve todo lo que existe, cambia la perspectiva de lo que hemos vivido y modifica todo lo que habíamos planeado. Las decisiones que ahora tomemos marcarán seguramente la ruta de nuestro destino, de nuestras familias y de nuestras empresas.
Es por ello que con la mente clara y fría debemos proyectar los escenarios probables a mediano plazo y ejecutar las acciones que nos lleven a la meta que efectivamente hayamos concebido ante esta lluvia de datos, información, contradicciones, política, temores y realidades.
Lo cierto es que han surgido infinidad de teorías y expertos diciendo que hacer en este tiempo de crisis, desde recomendar el tipo de material de protección a utilizar, hasta como aprovechar y hacer productivo el tiempo que genera el confinamiento.
En el plano de los negocios, si hay alguien que se encuentra “solo”, tomando decisiones con la esperanza de permanecer en el tiempo es el empresario. Nos topamos, como país, en tierra de nadie, en donde el gobierno “usando” su natural autoridad, estira la liga, aguardando que éste cumpla cabalmente con sus obligaciones en materia regulatoria, fiscal, laboral y ahora las indicaciones de la emergencia sanitaria, sin una pizca de colaboración o incentivo para permanecer vigente.
Con envidia observamos que los gobiernos de otros países han tenido la visión de soportar y estimular con recursos financieros y beneficios fiscales a su sector empresarial, desde la pequeña hasta la grande empresa. De apoyar a sus ciudadanos emprendedores con recursos económicos y beneficios fiscales directos e inmediatos, entendiendo que los negocios son el motor que mueve las economías y lo vital de su supervivencia. Desafortunadamente el nuestro aún no reacciona y el empresario se encuentra a expensas de lo que sus representantes logren negociar en sus múltiples acercamientos con las autoridades.
En lo que esto pasa, nuestra firma, comprometida con la sociedad y en particular con sus clientes, pone a su servicio, a través de diversos boletines que estaremos emitiendo a partir de hoy, una serie de recomendaciones a considerar y/o evaluar en sus empresas en este tiempo de crisis.
Acciones directas
No está por demás decirle que para enfrentar la crisis, la primera acción a seguir es medir sus fuerzas en términos de flujo de efectivo. Es menester prepararse para tener un adecuado manejo de los recursos con los que se cuenten, revisar muy bien los activos circulantes que son realizables a corto plazo, y destinarlos a cubrir los compromisos que permitan a su negocio seguir en pie. Lo que precisa es transitar la crisis, aguantar.
Obviamente, al no existir la misma dinámica del ingreso, la opción es bajar el gasto a su mínima expresión. Negociar con proveedores de bienes y servicios sin romper las relaciones, recordando que todos ellos son parte de una cadena y que finalmente son sus aliados. Igualmente es el caso de los colaboradores, se pueden valorar, entre otros, esquemas de permisos sin goce de sueldo, jornadas o semanas reducidas, bajas de salario temporales, todo ello plenamente convenido con el personal. El argumento siempre será la protección de la fuente de trabajo.
Revise semanalmente su información financiera, su flujo disponible, sus compromisos, sus ingresos, decida como canalizar los recursos escasos a sus necesidades primordiales. Si existe deuda con terceros o instituciones de crédito, negocie plazo, dé confianza al acreedor, aproveche los esquemas existentes de suspensión de pagos que actualmente ofrecen los bancos.
No adquiera deudas onerosas que impliquen comprometer el negocio, nos referimos a deudas con altas tasas de interés, pues a la larga se convierten en impagables y provocan que los otros esfuerzos y acciones realizadas se conviertan en nada.
Mantenga una cercana comunicación con su personal de confianza, con sus ejecutivos, sus pilares, con la gente que tiene la camiseta puesta y es parte de su negocio, cierre filas y aproveche el talento de cada uno de ellos, en la multitud de ideas está la sabiduría.
Ante la crisis, aún no sabemos a ciencia cierta que es lo que sucederá en el mundo y en nuestro país, por lo que es conveniente plantear escenarios diversos, desde el actual ya conocido y otro critico. En cada uno identificando las acciones que pudieran aminorar la eventualidad del cierre del negocio, reconociendo con toda claridad el inicio y terminación de cada uno de estos.
Es nuestro deseo aportar a usted estas ideas y posibilidades técnicas que nuestro equipo de trabajo estará compartiendo. Esperamos sea de gran utilidad para usted y su negocio. Como siempre permanecemos a su disposición para atenderle.
Atentamente.
C.P.C. y M.I. Carlos Kim